Llevo unos días un tanto pesado con tanta filosofía trascendente.
Hoy, por fin, cuando ya me encontraba en el cenit de la elucubración y andaba yo pensado en la Apocalipsis de San Juan, camino directo a la enajenación mental, se ha cruzado en mi mente una idea: paramos tres minutos para publicidad.
Es bueno y además se me acaba de ocurrir:
- Jesús, prepárate que voy a empezar la Apocalipsis... - dice Dios.
- Un momento, padre - responde Jesucristo - que me quedan tres minutos de publicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario